viernes, 25 de septiembre de 2009

Editorial 19 (24/09/09)

Posta del Día.
"Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.”
Víctor Hugo, de Francia, poeta y novelista.


Reflexión
El dedo en el enchufe.

En un reciente reportaje que le hicieron al gran actor argentino Alfredo Alcón, le preguntaron sobre las obras de Shakespeare, el dramaturgo inglés.
El actor dijo que: “son como meter el dedo en el enchufe”.

“Al enfrentar esos textos se tiene la sensación de estar en un lugar más vivo que uno”, prosiguió el artista.

Es que los textos viajan en el tiempo y se hacen presentes hoy, tal vez de una forma distinta a la de ayer.

Nos ocurrió el domingo pasado en la Iglesia Metodista de la calle Belgrano al 300, aquí, en Bahía Blanca, durante el habitual culto de los domingos a las 19.

Un viajero texto de la antigüedad golpeó a las puertas de nuestras vidas y pidió entrar.

Nos dijo: “Quiero que me lean”.
Lo miramos y le contestamos “Mirá. Ya te leímos muchas veces”.

“Si, -respondió-, “pero me parece que lo hicieron con lentes de larga distancia. A ver si hoy leen con los de tipo zapatero, los de corta distancia. Aquellos que te permiten ver los detalles”.

Aceptamos el desafío.
El sabio texto comenzó a detallar problemas comunes de la vida: peleas, enemistades… hasta habló de las guerras.

“Por cierto –dijimos- sabemos de eso, estamos enterados. De ello se habla todos los días”.

“De acuerdo –dijo el texto. Pero, ¿saben cómo y por qué se originan esas cosas?”
Como nos vio cara de “¿qué es lo que estas diciendo?”, agregó: “Sí, ¿cómo se llega a las peleas, a las guerras?”.

“Ah”, -dijimos-, “siempre hay alguno o alguna que anda haciendo líos. No pueden con sus genios. Y las guerras, ya sabes: los enemigos existen”.

“Pues bien”, -continuó el texto-, “yo tengo otra opinión. Esas cosas vienen porque Uds. tiene celos, envidias, rivalidades dentro de sus corazones. Y donde están esos sentimientos, siempre aparecen las peleas y enemistades”.
Ocurrió que alguien le comentó a otro:
“¿Viste? ¿Para qué lo dejamos entrar al texto este?
¡Ahora se la agarra con nosotros!”

Así son esos textos viajeros.
Nos enfrentan con la real realidad.
Nos ponen cara a cara con algunos interrogantes que nos incomodan y con respuestas que nos cuesta encontrar.
Sabemos que esas cosas existen, pero… ¿Qué hay dentro nuestro que nos hace partícipes de esas situaciones y que nosotros mismos seamos los causantes de ellas por el estado de nuestros corazones?
Es más… ¿Qué hacemos nosotros frente a estas verdades?

El atrevido texto que este domingo osaba hablarnos de esa manera, enfrentándonos a nuestras propias miserias, estaba, está y estará a nuestra disposición cualquier día de cualquier época.
Ayer, hoy y siempre. ¿Dónde? En la Biblia.
Al final del capítulo tres, en la carta que lleva el nombre de su autor: un tal Santiago, Apóstol de Jesucristo.
Evidentemente, gracias a Dios, la mayoría teníamos puestos los lentes de corta distancia pues enseguida nos acordamos de la frase de Alcón, y frente a la contundencia del texto nos dijimos: “metimos el dedo en el enchufe”.

El texto de Santiago se fue regresando a su lugar, pero antes nos dijo: “No se engañen. No se mientan a sí mismos”.

En sus presentaciones, las murgas uruguayas tratan problemas sociales relacionados con las actitudes de los y las ciudadanas. La mayoría de ellas, carnaval tras carnaval, apelan al cambio y enfrentan a la audiencia con una sentencia fundamental.
Dicen: “Si vos no cambias, no cambia nada”.

El Apóstol Santiago y las murgas ¿qué tienen en común?
¡La frase de Alfredo Alcón: “El dedo en el enchufe”!
Las palabras electrizadas que remueven las neuronas que dormían la siesta y mudan de lugar a otras que servían como excusas.

No lo tomemos livianamente.
Lo que hago yo te afecta a vos. Lo que hacés vos, me afecta a mí.
Yo solo no lo puedo resolver. Probablemente, vos solo o sola, no encontrarás la solución.
El desafío es para cada uno de nosotros, pero no como una cuestión meramente individual. Intentemos el cambio no sólo por el bien propio sino también por el bien de todos.

Por supuesto, nosotros ofrecemos a Jesucristo.
Él provee las posibilidades del cambio.
El camino de la renovación. La oportunidad de una vida mejor.

De todas formas, creo que lo mejor es hablar en comunidad sobre todas estas cuestiones.

Por eso, desde la Iglesia Metodista de Bahía Blanca que está en Belgrano 355, te proponemos…
Pensar Juntos la Vida.

Pastor Aníbal Sicardi
Corrección Rubén Ash
24 de septiembre de 2009

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