jueves, 30 de julio de 2009

Pregunta de las Canciones (30/07)

COMENTARIOS PARA REFLEXIONAR SOBRE
“Y NO ESTA SOLO”
(Bersuit Vergarabat)


“Se hamaca, esquiva el centro, pendula por la extremidad, y cuando se queda quieto, se empieza a incomodar”: A este tipo de personas, ¿por qué les produce incomodidad tomar partido por algo?

“Con tal de no conectarse, esquiva cualquier emoción”: ¿Qué es eso de esquivar la emoción? De no conectarse? Con los demás? Con uno mismo?

“Armadura celestial, o algo que lo recubra, que lo distinga de los demás”: ¿Por qué lo de “celestial”? ¿Hay quienes se revisten de armadura celestial para diferenciarse de los otros? ¿Para estar por encima de los demás? ¿Por qué dice “algo que lo recubra”?

“Trata de mimetizarse”; “se acerca para probar su cañón”; se arrima como para ayudar pero “mira desde lejos, como si (los otros) fueran de otro lugar”: ¿Estar cerca pero lejos? ¿Es el Nowhere Man de los Beatles? ¿La persona NI? ¿Qué dijo Jesús sobre los tibios? ¿A quiénes se refería?

El estribillo va repitiendo: “Y no está solo”; “Tiene muchos amiguitos”; “Tiene muchos soldaditos”.

El arte, el desorden, el dolor, el corazón en la mano, la lengua en la piel: Otras formas de conexión con el afuera, con lo diferente, que no soporta este personaje. Pero tampoco tolera la conexión consigo mismo.

Todas las armas que va enumerando la canción: el gesto, entre rudo y cordial; actuar como péndulo; simula ser de todas partes para “humillar de local”; “una ropa, una capa, una armadura…”; su insensibilidad que lo hace hasta dormir en cama de clavos”; esconderse de la mirada fatal que pueda descubrir que es capaz engañar; “la sugestión de su voz” etc. No son más que maneras de esconder “un pobre y débil corazón”. Pobre: falto de riqueza. Débil: frágil. ¿Significa que el arrogante, el que no se la juega, el que humilla, el que se pone por encima de los demás, ¿es un pobre tipo?

Final de la canción: “Si al fin (yo) pudiera enjuiciarlo, lo haría con severidad: que se cargue encima para siempre, como yo, su pena capital.” ¿Qué significa ese “como yo”? ¿Cómo trató Jesús a los que quisieron enjuiciar a otros (mujer adúltera)?

“Pero un día, un viejo sabio, lo vio escondido en mi sombra”: ¿A qué sombra se refiere?


Pensemos Juntos la Vida
Programa radial 30/07/09
IEMA – Central Bahía Blanca

Letra de: Y no está Solo...

Intérprete: Bersuit Vergarabat
(del CD La Argentinidad al Palo – Lo que se es)

El es de una especie irreverente,
que detesta la solidaridad.
Le gusta estremecerse en esa ciencia,
de darse todo, en contra de los demás.

Carga un gesto promedio,
entre rudo y cordial,
simula ser hombre de mundo,
para humillar de local.

Se hamaca, esquiva el centro,
pendula por la extremidad,y,
en cuanto se queda quieto,
se empieza a incomodar.

Cualquier indicio de brillo
él cree que es superstición,
con tal de no conectarse
esquiva cualquier emoción.

Y no está solo, no está solo,
no está solito.

Buscando una ropa, una capa,
una armadura celestial,
o algo que lo recubra,
lo distinga de los demás.

Siempre y cuando lo esconda
de la mirada fatal:
¡No vaya a ser cosa que sepan
que te puede llegar a engañar!

Camina entre cardos y espinas,
en hielo, o hirviente carbón
y duerme en cama de clavos,
disfruta de cualquier dolor.

Piquetes de ojo,
rencores de toda la sociedad;
sospecha que todo conspira
en contra de su vanidad.

Y no está solo, no está solo,
no está solito.
Tiene muchos...
tiene muchos amiguitos.

Trata de mimetizarse
con gente de otro color,
se acerca a hormigas obreras
para probar su cañón.

Cuando se arrima a ellos,
humilde, como para ayudar,
los mira como desde lejos,
como si fueran de otro lugar.

De que vale su intransigencia,
de que le vale pelear
contra las injusticias del mundo,
contra toda la inseguridad.

De qué le valen sus armas,
la sugestión de su voz,
si todos sabemos que esconden
un pobre y débil corazón.

Y no está solo, no está solo,
no está solito.
Tiene muchos...
tiene muchos soldaditos.

Por eso detesta el arte,
delata otra realidad;
el caos, el dolor inmundo,
que trae ilegalidad.

El corazón en la mano,
o la lengua en la piel,
o una conciencia transparente,
que lo haga quererse querer.

Si al fin pudiera enjuiciarlo,
lo haría con severidad,
que se cargue encima,
para siempre,como yo,
su pena capital.

Pero, un día, un viejo sabio
lo vio escondido en mi sombra
y, aunque no tiene perdón,
si lo mato a él, me muero yo
si lo mato a él, me muero yo
si lo mato a él, me muero yo

Y no estoy solo,
no estoy solo,no estoy solito.
Tengo muchos...
tengo muchos amiguitos

Editorial 11

Galileo y el cambio de la centralidad humana.

Durante 2009 se celebra el Año de la Astronomía.
Tal disposición fue efectuada por Naciones Unidas
y aceptada en todo el mundo.

El fundamento por el que se eligió a éste,
el Año de la Astronomía,
es porque se cumplen 400 años desde que Galileo
creó un telescopio por medio del cual,
descubrió cuatro lunas alrededor de Júpiter.

Esa novedad fortaleció su propia hipótesis, de que la Tierra no era el centro del Universo, como se consideraba en ese tiempo.

Por defender esa posición, Galileo fue condenado por la Iglesia Católica Romana, al arresto domiciliario hasta su muerte.

A pesar de ello, el descubrimiento fue un gran adelanto.
También en el campo antropológico: modificó la concepción
que se tenía sobre el hombre.
Del ser humano, se creía que era el ser más poderoso de la tierra.
El Rey de la creación…
Y como a la Tierra se la consideraba el centro del Universo,
el hombre era el Rey del Universo.

Luego del descubrimiento de Galileo, y a la vista de las cuatro lunas de Júpiter, la Tierra dejó de ser el centro universal.
Al mismo tiempo, el hombre fue desplazado de su trono.
Dejó de ser el Rey.

Esto es algo que no podía ser admitido en ese entonces.
Instituciones sociales y religiosas, como la Iglesia, no podían digerir la idea, puesto que se creían los propietarios de los seres humanos, a los cuales podían manejar con sus directivas de vida.
No podían permitirse, declinar su poder.

Desde entonces, y mediante diferentes procesos, el hombre y la mujer fueron evolucionando y adquiriendo la responsabilidad de su libertad, transformándose en seres autónomos.

Actualmente, la libertad humana frente a las organizaciones religiosas es evidente.
Éstas pierden “clientela” constantemente y tienen enormes dificultades para incorporar a sus filas,
a las generaciones más jóvenes.
Pero no son las únicas en esa situación.
Los partidos políticos y muchas otras organizaciones,
han perdido credibilidad y ya no tienen
el mismo poder orientador y reclutador de otras épocas.
Asusta pensar que el sistema que conocemos como “Economía de Mercado”, es el de mayor convocatoria y que tiene a gran parte de la humanidad como cliente para el consumo.

Ese imparable proceso de autonomía humana todavía no alcanza a la totalidad de la persona como individuo.
La mayoría aún vivimos con la antigua concepción de la tierra.
Pretendemos ser el centro de la vida propia y ajena.
Nos movemos como si los demás debieran girar alrededor nuestro.
Ellos son consideradas como utilitarios de nuestros deseos, aún cuando estén empaquetados con brillante papel y decorosos moños.
El otro, la otra, se incorpora a ese universo personal o es desplazado.
Me sirve o no, pareciera ser el parámetro.
Una forma de catalogar esta actitud es verla como producto del egoísmo.
Mucho de cierto hay en ello.

Actitudes similares a las de Caín, cuando ante la pregunta “¿dónde está Abel?”, exclama: “¿soy guardia de mi hermano?” ,
señalan como una aseveración, que a veces, debajo del poncho,
se esconde el cuchillo de la muerte.

Un acercamiento a la resolución de este problema,
es reconocer la diversidad.
Somos uno entre muchas y muchos distintos.
La vida humana se realiza en medio del conjunto humano.
Igual que la Tierra, un planeta en la red de astros que habitan el Universo.

Similar al Universo que, por el avance tecnológico, se lo descubre cada vez más amplio, la red humana aparece cada vez más extensa. Surgen nuevas comunidades, nuevos grupos sociales que se suman y a la vez se diferencian de los ya conocidos. Los chinos, los vietnamitas, los tibetanos… el genérico término “aborigen”,
va dejando lugar al quechua, al toba, al mataco, a los mayas.
El otro y la otra ya son otros y otras viviendo juntos, en comunidad.
Respetando a los unos y a los otros.
Esa concepción estaba incorporada en la vida de Jesús.
Él se asoció con la gente excluida de su tiempo.
Los paralíticos, los ciegos, los pobres, las prostitutas.
Un concepto muy presente en esa parábola de Jesús, que dice:
“Quien quiere ganar la vida la pierde y quien la pierde, la gana”.
Clarísimo.

En la actitud de “yo el centro”, los demás giran alrededor de mí,
Con esa posición egoísta, el ser humano pierde su vida.
En la actitud abierta hacia el otro, se gana la vida.
Simple.

Comprendemos nuestra propia existencia en referencia al otro, la otra.
En la relación interpersonal aparecen nuestros problemas,
los que indudablemente debemos corregir,
pero sobre todo, donde surgen nuestras potencialidades
para desarrollarnos como seres humanos.
Esas que están escondidas porque le tememos.
Le tenemos miedo a ese empuje que conlleva
al crecimiento humano continuo.

Gran parte de nuestros problemas sociales están en ese núcleo.
Por un lado, padecemos las consecuencias nefastas
de quienes están en el poder y piensan sólo para ellos.
Por otro, sufrimos las consecuencias, aún no medidas,
de quienes debiendo asociarse para conseguir los altos propósitos de humanidad,
se dividen y se aíslan por mínimas consideraciones.
Así en vez de ganar, perdemos.

Una vez más, la enseñanza de Jesús es para tener muy en cuenta.
Aprendamos a vivir aceptando la diversidad y reconociendo
cuando perdemos y cuando ganamos de verdad.
Perdemos si somos egoístas, egocéntricos, centrados sólo en nosotros mismos.
Ganamos cuando nos unimos, aceptando nuestras diferencias y cuando…
Pensamos juntos la vida.

Te invitamos a que “Pensemos Juntos la Vida”
en la Iglesia Metodista de la calle Belgrano al 300, aquí, en Bahía Blanca
todos los domingos a las 18 hs o cualquier otro día
que necesites o tengas ganas de charlar un rato.
Te esperamos



Anibal Sicardi

Correción Rubén Ash

30 de julio de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

Editorial 10

¿Por qué hacemos lo que hacemos?

El periodista entrevista a un famoso Sociólogo:
Zygmunt Bauman. * Autor de varios libros. Entre ellos “El Amor líquido”.
También “Múltiples culturas, una sola humanidad”. “El arte de la vida”.


El periodista pregunta.
“Hay escenas comunes en Ciudad de México, San Pablo, Buenos Aires,
De un lado villas miserias, del otro barrios cerrados.
Pobres de un lado, ricos del otro.
¿Quiénes quedan en el medio?”

El escritor, nacido en Polonia, contesta:
“¿Por qué se limita a las ciudades latinoamericanas?
La misma tendencia prevalece en todos los continentes”

Bauman continúa la entrevista
narrando el gran drama de los refugiados:
Miles, quizás millones
de personas desplazadas.

Denuncia algo que todos conocemos:
En los países auto-designados desarrollados,
los no nativos son rechazados.
Se los esconde.
En vez de inmigrantes se los llama ilegales.
Se aprueban legislaciones nefastas,
(Tal el caso reciente de Italia)
Y se levantan distintos tipos de cárceles para combatirlos.
Sólo en Inglaterra hay unas diez…


La pregunta es: ¿Cuál es el delito que cometieron?
La respuesta:
Sólo intentar tener una vida un poco más digna,
Aún a costa del destierro y el desarraigo,
que no es un precio muy bajo que deben pagar.

En épocas en las que deberíamos acercarnos
y unirnos los seres humanos,
Se siguen erigiendo muros para dividir. Para someter. Para aislar.

Es conocido lo que ocurre en muchos lugares de Europa
donde los latinoamericanos
somos considerados ciudadanos de segunda
y denominados despectivamente, sudacas.

A los latinoamericanos, y en especial a los argentinos,
nos duele sobremanera la actitud de Italia y España
que envían al canasto de los desperdicios,
todo lo que Latinoamérica hizo
al cobijar a sus ciudadanos y ciudadanas
cuando lo necesitaron.

Los países europeos avanzaron en el reconocimiento mutuo.
Crearon el Mercado Común Europeo.
Sin embargo, la solidaridad termina en sus fronteras.
Los otros y otras son solamente ellos y ellas,
los del viejo continente.
Pareciera que los habitantes de países no europeos,
no perteneciéramos a la misma especie humana.

¿Por qué lo hacen?
Para defender sus empleos.
Por su bienestar.

Excusas. Umbrales y depósitos de la mentira.
Dicen que por seguridad.


Pero… la seguridad, el trabajo y el bienestar…

¿Son un patrimonio exclusivo
al que sólo tienen derecho a aspirar
los habitantes de los países más poderosos?

Sus antecesores lucharon por la libertad.
Ahora se la dejan recortar o la comercian.

Sus antepasados pelearon por la igualdad.
Ahora la desprecian.

No les conviene a sus intereses egoístas y mezquinos.

Pero no sólo en el exterior está el problema
También hay que mirar hacia adentro.

Como en el caso de la entrevista que mencionamos anteriormente,
donde el periodista pregunta sobre ciudades latinoamericanas
como si fuera el único lugar donde hay desigualdades
y desprecio por el prójimo.

El periodista, ¿Por qué hace lo que hace?

Tal vez por el síndrome colonizador.
Aquella marca perpetrada
cuando los llamados “Colonizadores de América”,
llevaron a un aborígen a Europa,
porque querían comprobar si era humano.


¿Por qué ocurren estas situaciones?

Pareciéramos avanzar en conquistas de respeto.
De derechos humanos.
De consideración por la persona tal como es.
Sin etiquetas.

Pero luego se retrocede.
Recordando los derechos propios e ignorando los ajenos.
Olvidando lo humano.
Desterrando la bondad y la solidaridad.
Reforzando esa nefasta idea de que todo sigue igual.
Que nada cambia.
O mejor dicho, que cada vez estamos peor como planeta.
Sin equilibrio.
Con una minoría cada vez más rica
y una mayoría cada vez más pobre.
No es ésta la llamada “civilización”
a la que todos debemos apostar.

Tal vez se tiene miedo de crecer.
Crecer como seres humanos.
Nos invade el terror.
Entonces levantamos paredes.
Muros.
El miedo no permite pensar.
El miedo aisla.
El miedo elimina la memoria.
El miedo paraliza.

Pensemos,
Unámonos,
Recordemos,
Avancemos…

…Siguiendo aquellas palabras de Jesús,
Que cuando estaba siendo crucificado,
se dirigió a Dios diciendo:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

¡Cuántas cosas hacemos
Sin saber por qué las hacemos!
Y perdemos el beneficio
de vivir plenamente, como vivió Jesús.

Perdonemos a los demás
y perdonémonos a nosotros mismos,
por todas aquellas cosas que hacemos sin saber por qué.


PIENSO LUEGO EXISTO
escribió René Descartes en el año 1633
y si existir significa vivir…

¿Qué tal si tomamos coraje
De una vez por todas,
Y nos atrevemos a vivir
como decimos que deberíamos hacerlo?

Si el pensamiento nos diferencia de los animales,
Es hora de hacerlo valer y darle una mejor utilidad:
Pensemos…

Si lo hacemos en compañía… mucho mejor.
PENSEMOS JUNTOS LA VIDA

Cortina.

Te cuento que todos los domingos a las 18 hs…
nos reunimos en la Iglesia Metodista Central
de Belgrano al 300, acá en Bahía Blanca.
Si tenés ganas, Acercate y conocenos.
Sin miedo.
Hay un espacio para compartir con vos
Y para que… Pensemos juntos la vida

Y si en cualquier otro día de la semana
necesitás conversar y que alguien te escuche
Te esperamos allí en ese mismo lugar:
Belgrano 355
con los oídos y los brazos abiertos,
y el corazón de par en par.

Anibal Sicardi
Correcciones Rubén Ash
23 de julio de 2009

Preguntas de la Canciones (23/07)

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR SOBRE
“LA BICICLETA BLANCA”

· ¿Por qué grita “Dale Dios”? ¿Necesita sentir la compañía de Dios para hacer algo que requiere esfuerzo? ¿Siente que solo no puede? (al principio de la canción dice que está solo)

· ¿Por qué la gente lo aplaudía? ¿Por un genuino respeto o admiración? ¿O como burla? En realidad, la canción lo pinta con un aspecto un poco ridículo.

· En el carrito llevaba un pez y un pan. ¿Es una alusión a Jesucristo?

· El Intendente en persona rellena los pozos de las calles, los pungas devuelven las billeteras robadas en el colectivo, los poderosos terminan con el hambre y los depresivos bailan y lloran de alegría. ¿Es una alusión al Reino de Dios?

· ¿A qué se refiere Jesús cuando le habla a la gente del Reino de Dios? ¿Es algo parecido al reino del revés?

· Jesús acostumbraba decir “El Reino de Dios es como…”¿Qué otros ejemplos hay en la Biblia de este Reino de Dios? ¿Por qué Jesús hablaba en parábolas (o cuentitos metafóricos)?

· ¿Por qué los que lo aclamaban después le rompen la bicicleta? ¿Qué tenemos los seres humanos que a veces destruimos aquello que más queremos? ¿Y hacemos daño a quienes más queremos?

· ¿Por qué a Jesús se lo presenta como al tipo derrotado, que se deja humillar, que se deja que le hagan cualquier cosa?

· ¿En qué nos sirve hoy la vida de Jesús?

Letra de La Bicicleta Blanca

LA BICICLETA BLANCA
Letra: HORACIO FERRER – Música: ASTOR PIAZZOLLA

Lo viste. Seguro que vos también, alguna vez, lo viste: te hablo de ese eterno ciclista solo, tan solo, que repecha las calles por la noche.
Usa las botamangas del pantalón bien metidas en las medias y una boina calzada hasta las orejas, ¿te fijaste? Nadie sabe, no, de dónde cuernos viene, jamás se le conoce a dónde diablos va.
De todos modos, si lo vieras pasar, miralo con mucho Amor: puede que sea, otra vez...

El flaco que tenía la bicicleta blanca;
silbando una polkita cruzaba la ciudad.
Sus ruedas, daban pena: tan chicas y cuadradas
¡que el pobre se enredaba la barba en el pedal!

Llevaba, de manubrio, los cuernos de una cabra.
Atrás, en un carrito, cargaba un pez y un pan.
Jadeando a lo pichicho, trepaba las barrancas,
y él mismo se animaba, gritando al pedalear.

"¡Dale, Dios!... ¡Dale, Dios!...
¡Meté, flaquito corazón!
Vos sabés que ganar
no está en llegar sino en seguir...

"Todos, mientras tanto, en las veredas,
revolcándonos de risa
¡lo aplaudimos a morir!
y él, con unos ojos de novela,
saludaba, agradecía,
y sabía repetir:

"¡Dale, Dios!... ¡Dale, Dios!...
¡Dale con todo, Dale, Dios!..."

Pero cierta noche, su horrible bicicleta con acoplado entró a sembrar una enorme
cola fosforescente. ¡Increíble!: los pungas devolvían las billeteras en los colectivos;
los poderosos terminaban con el hambre; los ovnis nos revelaban el misterio de la
Paz; el Intendente, en persona, rellenaba los pozos de la calle, y hasta yo, pibe, yo
que soy las penas, lloré de alegría bailando bajo esa luz la polka del ciclista.

Después, no sé, ¡te juro!, por qué siniestra rabia,
no sé por qué lo hicimos ¡lo hicimos sin querer!,
al flaco, ¡pobre flaco!, de asalto y por la espalda,
su bicicleta blanca le entramos a romper.

Le dimos como en bolsa, si asco, duro, en grande:
la hicimos mil pedazos... Y, al fin, yo vi que él,
mordiéndose la barba, gritó: "¡Que yo los salve!...
"Miró su bicicleta, sonrió, se fue de a pie.

(Mi viejo Flaco Nuestro que andabas en la Tierra: ¿Cómo te olvidaste que no somos
ángeles sino hombres y mujeres?)

Flaco,
no te quedes triste,
todo no fue inútil,
no pierdas la fe...
en un cometa con pedales
¡dale que te dale!
yo sé que has de volver...

jueves, 16 de julio de 2009

Editorial 09

Reflexión

Uno de los temas de actualidad es el diálogo.
Analizarlo es transitar un camino espinoso, por lo que, es casi seguro, que quien lo emprenda saldrá lesionado o por lo menos tendrá muchas probabilidades de que ello ocurra.

Un primer acercamiento al análisis de este tema lo tenemos al compartir lo expresado por el sacerdote católico romano Anthony De Mello, un hombre abocado al sentido y profundidad de la espiritualidad.

Dice que “la gente habla con entusiasmos del valor del diálogo” pero que aparece como “un intento camuflado de convencer al otro de la rectitud de su propia postura”

Pone como ejemplo el cuento de las ranas quienes, estando en su charco, se ponen a dialogar en términos de lo mío y de lo tuyo, “tus experiencias, tus creencias, tus ideologías… y las mías”
De esa forma continúan divididas.
Cada parte quiere someter a la otra a sus propias convicciones.

Si el otro o la otra no aceptan nuestras propuestas, decimos que no está dispuesto a dialogar. Y viceversa.

De Mello va un poco más allá.
Menciona que esa conversación de las ranas se da en el recinto de sus charcas.
No conocen o no aceptan otra realidad.
Parecieran aplicar aquella teoría, podríamos decir “conductista”, de Einstein: “Si partimos del mismo punto y aplicamos la misma metodología, llegaremos siempre al mismo fin”.

Las ranas del cuento no saben de la existencia de los mares y, según De Mello:
“Sólo el océano ilimitado une”.
Para alcanzar esa otra realidad, deben dejar de lado los hábitos que las retienen en sus propios charcos en la seguridad de lo conocido…
Y aún con temor, ir hacia algo nuevo, que por ser nuevo, es desconocido…

Nosotros los seres humanos también debemos dejar nuestras propias charcas, para compartir océanos.

Los cambios de hábitos no se producen por milagros extranaturales.
Se logran a través de un proceso de aprendizaje.
Para ello hay que emprender la marcha siguiendo aquello escrito por Machado y cantado por Serrat: “Se hace camino al andar”… entendiendo que lo importante no está en el logro de llegar a la meta, sino en transitar el sendero, recogiendo los frutos durante el trayecto: “Lo importante no es llegar sino seguir”.

Dialogar es introducirse, sin miedo a los retos, en la búsqueda de la verdad.
No es alcanzar la paz ficticia, sino el poder seguir “andando” juntos en pro del bienestar general reconociendo las diferencias.

Por y para ello se necesita ejercer la disposición de la apertura plena, sin resistencia.

Para transitar sobre esa variante existencial, hay que mirar hacia nuestro interior.
Preguntarse por las causas de nuestras reacciones negativas frente a las personas y a determinadas situaciones.
Descubrir los prejuicios.
Los deseos escondidos.
Los miedos.
Los egoísmos.
Reconocer que la voluntad de ejercer el poder, es una gran dificultad para el diálogo.

Hay que aprender a pensar y mejorar el lenguaje de la comunicación.
Si el otro reconsideró su posición y aceptó la mía, no tengo que pensar que gané.
Menos decir que el otro retrocedió.
Simplemente entender que se llegó a un acuerdo de convivencia mutua.

La otra persona no debe ser vista como un enemigo.
Una actitud muy metida en nuestra interioridad.
Se nos programó para desconfiar.

Tiene razón De Mello.
Se necesita “Un corazón capaz de renunciar a su propia programación y a su egoísmo”

Dejar de ver a los demás etiquetados por nuestros prejuicios y verlos simplemente como personas. Como iguales.

En la Biblia, en la carta a los Efesios, en el capítulo dos,
se analiza la muerte de Jesús en relación con las diferencias entre el pueblo judío y los gentiles.
Frente a esa separación el autor dice que en Cristo se crea un solo pueblo.
“Un nuevo hombre”.
Enfatiza “matando en ella –en la Cruz- las enemistades”

El otro, la otra, ya no es un enemigo.
Es el prójimo que Dios coloca a nuestro lado para nuestro beneficio.

Es cierto que, en más de una ocasión, cuesta aceptar que el otro es prójimo, que no es un enemigo.

Hay que preguntarse si eso es verdad o es el mero fruto de cómo fuimos programados.


Desde la perspectiva de la muerte y resurrección de Cristo,
ya estamos reconciliados, como afirma el Apóstol Pablo en la segunda carta a los Corintios.

El problema no es reconciliarse.
El problema es vivir como reconciliados.

Esto es lo nuevo.

Hay que aprender a vivir, o mejor dicho, a convivir que quiere decir vivir con otros.
Un asunto complicado, especialmente por el programa de vida instalado en nuestro interior que nos induce a ver al otro y/o la otra como enemigo y a valorizar sólo lo mío.

Todo aprendizaje cuesta.
Todo sendero tiene escollos pero vale la pena transitar el camino. Siempre
El aprendizaje de la convivencia no se puede hacer solo.
Hay que hacerlo en compañía.
Dialogando…
Pensando…
Por eso te propongo que...
¡Pensemos juntos la vida!


Aníbal Sicardi
Correcines de Rubén Ash
Julio 16 de 2009.
Bahía Blanca.

jueves, 9 de julio de 2009

Editorial 08

Madurez ciudadana. De miedos y otras cepas.

El miedo desata emociones escondidas prestas al asalto.

En este proceso de la ya famosa gripe A fuimos transitando diversas etapas y aún seguimos descubriendo otras nuevas.
La ex gripe porcina tiene suficientes ingredientes para desatar el miedo colectivo.
Sus características inusuales de contagio, poco conocidas,
producen confusión a la hora de entender cómo evitarla.
Pudo dispararse el pánico como una bola de nieve sin control.

En su inicio tuvo el componente de ver al otro y la otra como una persona de peligro, un foco de posible contagio. ¿Tose o no tose? ¿Estornuda? Mejor me alejo…

Recuerden lo que pasó cuando se apedreó un ómnibus preveniente de Chile donde, presumiblemente había un enfermo de Gripe A.
Allí se conjugó el miedo al contagio con la discriminación,
algo así como “cuidado con los chilenos”,
lamentablemente una instancia aún existente en nuestra interioridad.
¿Cuál de las cepas es más perjudicial?
Todos sabemos la respuesta.

La gripe A puede ser mortal. De hecho, hay un llamativo número de muertes.
Y algunos medios de comunicación cargaron sus tintas en exceso con esto.
Nunca se sabe a ciencia cierta cuáles son los intereses que los mueven…
Pero la discriminación y la ignorancia han causado muchísimas más.

La paranoia está siempre al acecho y las víctimas siempre son las mismas.
Las personas. La gente como vos y yo.
De las enfermedades y de los temores. De la mala información.

Gracias a Dios, luego de un tiempo de miedo y confusión,
la ciudadanía respondió con madurez.

Poco a poco vamos pasando del temor al cuidado respetuoso.
Protegiéndonos nosotros pero también haciéndolo para con el prójimo.
El otro, la otra, está dejando la categoría de enemigo.

Los elementos de higiene que aumentaron de precio en forma descomunal
y se agotaron por la demanda desmedida, comenzaron a usarse del modo correcto:

El barbijo que parecía presto a inundar las calles y las casas –se vendía hasta en los subtes porteños- se fue dejando de lado al aceptar el mensaje de que no servía para evitar el contagio y que, por el contrario, podía ser un elemento apto para recibir el virus. Sólo deben utilizarlo quienes tengan algún síntoma.

Se pasó de cierta histeria por el alcohol en gel a saber que es un elemento que ayuda al cuidado, re-valorizándose el agua y el jabón para lavarse las manos.

Se recibió con buen criterio la recomendación médica de quedarse en la casa los que tenían principios de gripe, en la espera de la evolución de la enfermedad

Hasta hubo una leve aceptación de que, junto a las medidas precautorias para no contagiarse, debía tenerse en cuenta mejorar la alimentación y con ello el fortalecimiento inmunológico personal.


Hubo una responsabilidad generalizada de la población en todo esto,
que hizo recordar a Albert Camus en su novela La Peste.
Allí, una ciudad de Argelia, Oran, es atacada por una peste
que metafóricamente puede ser
la enfermedad, el mal, la muerte, el absurdo.
La población lucha contra ella decidida a acabar con todo lo que denigra la vida humana.
En La Peste, Camus trata una de sus consignas mas apreciadas:
"En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio"

En la evolución de la Gripe A también.
Se pueden citar ejemplos negativos,
incluidos los medios que siguieron relevando información negativa,
pero la ciudadanía demostró que tiene
“más cosas dignas de admiración que de desprecio"

El miedo fue neutralizado.

Hay quienes dirán que estos conceptos son de Robinson Crusoe en una isla del mundo. Sin embargo los datos están a la orden.
Sólo se trata de aprender a ejercitar la mirada.
Eliminar la grasa que entorpece el mirar que habitualmente se posa sobre lo negativo, incluido el inventarlo con suposiciones,
y animarse a mirar lo positivo. Que es real. Cierto. Existente.

Se cuenta que en cierta oportunidad Jesús caminaba con sus discípulos y otra gente por uno de los caminos de Galilea cuando se encontraron con un perro que había muerto días atrás.
El cuerpo, con principio de descomposición, arrojaba olores nauseabundos y las moscas rondaban alrededor del animal sin vida.
La gente se tapaba las narices y esquivaba el lugar, al mismo tiempo que protestaba por esa escena.
Jesús se paró frente al perro muerto, lo miró y dijo
“Que bellos dientes tiene ese animal”

En medio de la descomposición y olores de la muerte,
rescató lo valioso del perro muerto.
Nuevamente vemos que Jesús nos enseña lo mismo que decía Camus:
"Hay más cosas dignas de admiración que de desprecio"



En otro orden,
en el Evangelio se registra esa escena cuando Jesús dice a los discípulos
“Uds harán obras mayores que yo”.
¡Vaya con la frase!
¡Asusta!
Creerla significaría vernos como nos mira Jesús y entonces deberíamos tomar responsabilidades que en muchos casos, queremos dejárselas a otros.

La ciudadanía, en este caso, tal vez sin darse cuenta
siguió la consigna de Jesús y se puso la mochila de la responsabilidad sobre sus espaldas.
Caminó con ella.
Tuvo temor, pero no fue prisionera del miedo.

Redescubrió antiguos hábitos.
El valor de estar con la familia.
Pausar el agitado ritmo del apuro.
El placer del descanso.

Aún tenemos la responsabilidad de seguir en este ritmo.
Tiempo propicio para revisar conductas pasadas
y apreciar estos nuevos hábitos
para ver si los incorporamos
cuando volvamos a tener libertad de movimiento
y de encuentro masivo.

Seguro que podemos conversar sobre estas notas de la vida
Ayudarnos a crecer en distintas áreas de la existencia humana
para construir un mundo mejor,
que es posible.

Bien dispuestos
“Pensemos juntos la vida”

Anibal Sicardi
Correcciones Rubén Ash
09 de julio de 2009

Letra: Confío

Interprete Gustavo Cordera (Suelto, 2009)

Abrazate a tus deseos que refrescan
como dos buenos amigos que comparten libertad
para que de cuando en cuando tu alma presa
haga un viaje de aventura a la intensa soledad

Detrás de la desconfianza está la vida
detrás de la mentira el miedo a la verdad
aunque asuste la idea de perderte
es más grande la vergüenza de no dejarte volar

Y caen los días y las verdades en picada
son los anuncios en las arrugas de la piel
cuanto más quiero aferrarme a la vida
más la empiezo a perder

Y confío aunque no es lo conveniente
hoy en día todo el mundo está armado hasta los dientes
el amor se hizo un juego inteligente
que se usa de disfraz para engañar a la gente

Y no tengo más mensajes para darte
más que esta sonrisa inmensa, gratitud y devoción
es que nunca nada pudo apartarte
de esa forma tan valiente de poner el corazón

Y caen los días y las verdades en picada
son los anuncios en las arrugas de la piel
cuanto más quiero aferrarme a la vida
más la empiezo a perder

lunes, 6 de julio de 2009

Editorial 07

(En ausencia)

Ayudémonos a mirar la vida.

Entre los relatos del escritor uruguayo Eduardo Galeano
se encuentra una hermosa anécdota.
La de un hombre de su misma nacionalidad
que esperó que su hijo fuese adolescente
para llevarlo a conocer el mar.
Allí salieron padre e hijo de su casa que quedaba tierra adentro,
y se pusieron a caminar.
Cruzaron el descampado,
Alcanzaron la arena,
Subieron uno y otro montículo,
hasta que al llegar a la punta de uno de ellos,
se les apareció el mar.

El jovencito vio la extensión del agua
que tomaba el color azul del cielo,
el movimiento de olas y su impacto en la costa.

Deslumbrado, tomó la mano a su padre y le dijo:
“Papá, ayudame a mirar”

LA IMPONENCIA DE UN ESPECTÁCULO SUELE SER DEMASIADO PARA DOS OJOS.

¿No les pasó nunca que estando en soledad, cuando tuvieron la dicha de contemplar algo realmente hermoso, como un amanecer o un atardecer impactante, un paisaje de ensueños o un acto de amor que los llenó de emoción, lo primero que pensaron es “¡Cómo no está tal o cual persona para compartirlo!” quedándonos con la sensación que si no lo hacíamos no estaba completo y que era demasiada maravilla para uno solo?

Una copla del poeta Antonio Machado dice que
"el ojo no es ojo porque lo estás viendo, sino porque él te ve".

Esa es la función del ojo: Ver.

Pero nosotros no sólo vemos con los ojos.
Existen las vivencias personales, los sentimientos, los prejuicios…
Incorporados, todos estos elementos en nuestra interioridad,
determinan el sesgo de nuestra mirada.
Vale recordarlo, porque la manera como miramos, es importante.
Puede condicionar la conducta de cada persona.

La forma en que miramos al otro y/o la otra
está condicionada por lo que pensamos.
Por ejemplo, acerca de su estilo de vestir, de sus movimientos,
o hasta del peinado: si es hombre y tiene el pelo cortadito o crecido,
liso o enrulado, castaño, rubio o negro bien renegrido…
suponemos que es de una manera u otra…

El asunto no es sencillo…

Me encuentro con un amigo, bastante más joven que yo.
Hablamos de historia.
Él y yo diferimos al mirar el pasado:
“La viví” le digo.
“Lo viste desde una determinada perspectiva,
por más amplia que haya sido”, me responde.

Puedo replicar, pero tiene razón.

Lo que podemos hacer es conversar sobre esas miradas,
lo cual es mucho,
y certificar que el mirar es complejo.

Tres personas ven un choque de automóviles.
Las tres tendrán visiones diferentes.
Coinciden en el hecho: Chocaron dos autos.
Acerca de los detalles… probablemente no coincidan
Pues cada uno vio algo distinto,
una parte que el otro no llegó a observar.
Con la conjunción de esas miradas,
podemos acercarnos a conocer la realidad
y a comprender el hecho en su totalidad.

Y acá viene lo importante:
No se puede mirar el pasado,
Ni la actualidad
Ni otear el futuro
A través de una sola mirada.

Hay que valorar la exclamación del pibe,
del chico del relato:
“Papá, ayudame a mirar”

LA MIRADA PERSONAL NECESITA DEL MIRAR COLECTIVO.

Tal vez con algo de esto tenga que ver que en La Biblia
y en otros libros sagrados de religiones,
esté escrito que el ser humano no puede mirar cara a cara a Dios.
Quizás, el deslumbre de tal escena
resulta demasiado fuerte para sólo dos ojos humanos.

Es notable cómo la Biblia toma ese asunto de no mirar a Dios.
El Ser Humano necesita ayuda para mirarlo.
El Dios de la Biblia no se esconde. Se muestra.
Y por allí nos da una clave:
Ahora se ve en Jesús.
Por medio de Él vemos a Dios,
dicen algunos de los escritores bíblicos.
Y ese Jesús da pistas más que interesantes
sobre cómo mirar la vida.
De cómo vivirla.
Espléndida.
Magnífica.
De aguas azuladas cuyas olas rompen en la costa humana.

La vida, no se la puede ver con una sola mirada.
Es demasiado deslumbrante.

Por eso necesitamos mirarla en conjunto.
Con los ojos, las mentes y las almas de todos.

Así hacemos o intentamos hacer en la Iglesia Metodista de Belgrano al 300,
Acá en Bahía Blanca, especialmente los martes a las siete de la tarde
en esa reunión que llamamos “Pensar juntos la vida”

Abierta a todos y todas.

Los invitamos a participar
No porque digamos que somos abiertos, buenos, amplios…

La verdad, es que necesitamos a todos.
Los necesitamos y las necesitamos.

Porque como decíamos, a la vida no se la puede ver
con la mirada del solitario o de la solitaria.

Tampoco por grupos parcializados.

Es una cuestión tan importante,
que todos y todas son necesarios.

Por eso esta hora que compartimos todos los jueves a las 20,
en FM De La Calle, Es un reclamo.
El mismo del pibe de la historia de Galeano que decía:
“Papá, ayudame a mirar”

Nosotros te decimos:
“Vos, acercate… ¡Ayudanos a mirar!”

Animate. Dale.
Pensemos juntos la vida.

Anibal Sicardi
Correcciones de Rubén Ash
06 de julio de 2009

jueves, 2 de julio de 2009

Letra: Clandestino

Letra y Música: Manu Chao

Solo voy con mi pena
Sola va mi condena
Correr es mi destino
Para burlar la ley.

Perdido en el corazón
De la grande Babylon
Me dicen el clandestino
Por no llevar papel.

Pa' una ciudad del norte
Yo me fui a trabajar
Mi vida la dejé
Entre Ceuta y Gibraltar.

Soy una raya en el mar
Fantasma en la ciudad
Mi vida va prohibida
Dice la autoridad.

Solo voy con mi pena
Sola va mi condena
Correr es mi destino
Por no llevar papel.

Perdido en el corazón
De la grande Babylon
Me dicen el clandestino
Yo soy el quiebra ley.

Mano Negra clandestina
Peruano clandestino
Africano clandestino
Marijuana ilegal.

Solo voy con mi pena
Sola va mi condena
Correr es mi destino
Para burlar la ley.

Perdido en el corazón
De la grande Babylon
Me dicen el clandestino
Por no llevar papel.