jueves, 18 de junio de 2009

Letra: Parado

Autor y compositor: Rubén Blades
Intérprete: Juan Carlos Baglietto (Sabe quién…, 2006)


Hay quien ve la luz al final de su túnel
Y construye un nuevo túnel,
pa’ no ver
Y se queda entre lo oscuro, y se consume
Lamentando lo que nunca llegó a ser.

Yo no fui el mejor ejemplo y te lo admito
Fácil es juzgar la noche al otro día
Pero fui sincero, y eso si lo grito
Que yo nunca he hipotecado al alma mía

Si yo he vivido parado, ay, que me entierren parado
Si pagué el precio que paga el que no vive arrodillado!

La vida me ha restregado,
pero jamás me ha planchado
En la buena y en la mala,
voy con los dientes apretados!

Sonriendo y de pie, siempre parado!
Las desgracias hacen fuerte al sentimiento
si asimila cada golpe que ha aguantado

La memoria se convierte en un sustento
Celebrando cada río que se ha cruzado
Me pregunto, como puede creerse vivo
El que existe pa’ culpar a los demás?

Que se calle y que se salga del camino
Y que deje al resto del mundo caminar!

A mi me entierran parado, ay que me entierren parado
Ahí te dejo mi sonrisa y todo lo que me han quitado
Lo que perdí no he llorado, si yo he vivido sobrado,

Dando gracias por las cosas que en la ruta me he encontrado
Sumo y resto en carne propia, de mi conciencia abrazado,
Parado!
Aunque me haya equivocado
Aunque me hayan señalado
Parado!

En agua de luna mojado
Disfrutando la memoria de los ríos que he cruzado
Aunque casi me haya ahogado,
Sigo parado!

Parado!

jueves, 11 de junio de 2009

Editorial 05

El comportamiento ético con los diferentes.

En el Festival Europeo de Filosofía, celebrado el 30 y 31 de mayo en Francia,
se afirmó que
“No existe ser humano en el planeta mejor que otro, solamente hay diferencias de Ser”

El ser humano es uno.
Lo que existe son diferencias entre ellos.
Somos iguales en cuanto a la característica esencial, ser humano.
Diferentes en la forma de manifestarlo.

Esa afirmación
de que “No existe ser humano en el planeta mejor que otro, hay diferencias de Ser solamente”
fue acompañada por otra
“El mundo bien puede seguir existiendo sin el ser humano, pero el hombre no podrá subsistir sin las condiciones de vida que hay en el mundo”.

Aseveración que apunta a la peligrosidad de los cambios ambientales y tecnológicos que ponen en peligro la existencia terrena.

La afirmación no proviene de un evento religioso sino filosófico que,
en su edición de 2008
trató el tema de La Felicidad
y en la de 2007 El Sentido.
En las tres ediciones estuvieron presentes
los cambios actuales en el desarrollo de la sociedad
con su característica de la diversidad.

Se pretende encontrar una ética del comportamiento para este tiempo.
Una tarea que a realizar a partir de que todos y todas somos distintos.

Esta postura pone en cuestionamiento algunos intentos
como el de restituir valores éticos que ya conocemos.
Por ejemplo el rescate de la familia unida
que se encuentra con problemas insolubles en la realidad contemporánea.

Veamos el caso de un matrimonio bahiense que tiene un hijo que se va a estudiar a Buenos Aires y una hija que opta por La Plata.
Terminan sus estudios.
El varón se instala en Buenos Aires.
La mujer en La Plata.
Se casan. El hijo con una rosarina. La hija con un cordobés.
Entonces aparecen tres familias.
La de Córdoba, la de Rosario y la de Bahía Blanca.

¿Cómo se soluciona la demanda de unidad de las tres familias?

La muchacha y el muchacho tienen hijos.
Los nietos y nietas crecen.
Si las tres familias tienen internet
parte del desencuentro se amortigua con los chateos, las fotos y la comunicación oral, por internet o teléfono fijo.
El contacto corporal,
mínimo.

Los nietos y nietas crecen y tienen sus propios círculos de relaciones.
Visitar a los abuelos y abuelas,
todo un problema de tiempo y dinero.

¿Qué significa rescatar los valores de la familia?

Los y las mayores,
que acumulamos juventud,
aún recordamos la serie de la Familia Campanelli
reunida en el almuerzo dominical con pastas al estilo italiano.
Ya no están en la pantalla.
Hace años que dejaron de estar.

Ese ideal de familia,
Tradicional,
tiene un bajo porcentaje en los cateos sobre la composición familiar actual.

Proviene de otra época.
De poblaciones pequeñas con poca movilidad.

Antes nos quedábamos en el mismo lugar de origen.
Ahora las oportunidades son muchas y en distintos lugares.
La movilidad,
el traslado de un lado a otro,
es parte nuestra vida contemporánea.

Las costumbres de la vida rural que se trasladaron a poblaciones pequeñas,
con poca movilidad,
hoy ya no son útiles,
o no sirven.

Vivimos en la ciudad.
Dinámica.
Móvil.
De relaciones humanas múltiples.
Generalmente frágiles, no permanentes.

¿Cómo se construye una ética familiar en estas circunstancias?

Más, ¿como se vializa un comportamiento ético ante los nuevos desafíos ciudadanos?
¿Ante el cambiante panorama internacional?

Ya no estamos con los iguales de la misma zona
sino con los diferentes de distintos lugares,
aún en el mismo país.

No hablemos con los que emigran al exterior que complican más estas vivencias.
No somos como nuestros padres o abuelos
por lo que se plantea el interrogante de quienes somos.

¿Quién soy yo?

No estamos en el Edén sino en la Tierra,
apenas cubiertos con taparrabos como Adán y Eva
de la parábola del Génesis
donde la pregunta por el ser,
quienes somos,
es acuciante.

Ese nuevo peregrinar no se puede transitar solo.
Tampoco con concepciones que provienen de otras etapas de la historia.
Hay que hacerlo entre todos,
entre todas,
donde aprendemos de otras personas
y con la prioridad del ejercicio del respeto y de la paciencia.

Quienes vimos esa profunda película llamada El Gran Torino
no podemos sacarnos de encima ese personaje,
típico norteamericano,
que repudia a sus vecinos de tez amarilla,
pero que aprende a conocerlos y los quiere
al punto que da su vida por ellos.


Un antiquísimo relato bíblico es el del Arca de Noe,
ese personaje que recibe la orientación de Dios de que vendrá una gran inundación
por lo que, para salvar la especie humana y animal
debe construir un Arca
y meter a todos allí adentro.

Es un hecho que debe haber ocurrido.
Es un relato del pasado
que se cuenta por su vigencia en el presente.

Vivimos en un Gran Arca,
el Gran Torino.
Con ella debemos superar las inundaciones del presente.
La del odio.
La del rencor.
La del prejuicio
La del sin sentido de la vida.

Jesús tuvo actitudes deslumbrantes acerca de este tema.
Los evangelios contienen múltiples relatos
de esa relación de Jesús con los y las diferentes,
plenas de humanidad.

De allí debe haberse inspirado el Apóstol Pablo
para decir que en Cristo
no hay judío, ni griego, ni mujer ni varón,
es decir,
no hay rechazo de nadie.

Hoy vivimos en ciudades.
Con nuevos hábitos.
Distintas formas de relacionarnos.
Se impone la conversación.
La puesta en común de las decisiones que se deban tomar.

La responsabilidad es de cada uno de nosotros y nosotras.

Esa fue la propuesta de Jesús

y es la de la Iglesia Metodista que está en Belgrano al 300 de Bahía Blanca.

Por eso
el nombre de este programa
“Pensemos juntos la vida”

Anibal Sicardi
11 de junio 2009

Letra: Me Asomo

Baglieto, Juan Carlos (Sabe quién…, 2006)
Olga Román – Juan Uría

Me asomo a este precipicio
para medir la distancia
para saber que persigo
para ver lo que me falta
para notar el vacío
para llenarme de nada
para ver al enemigo
para mirar su mirada.

Me asomo para saber
para tocar el peligro
para ahuyentar la rutina
para pasar al testigo
para que el aburrimiento
no venga a dormir conmigo,
para inventar la pasión
para asomarme contigo

Me asomo a cada mañana
para tener tu latido
para sentir que estoy viva
para perder el sentido
y descifrar el misterio
de ti, de mí, cada día...
si me da miedo asomarme
me asomo mas todavía

Me asomo al borde del puedo
para perder el control
y después para tenerlo
para no decir que no
para visitar el templo
de las viejas ceremonias,
me quiero asomar al fondo
y al quiero de nuestra historia.

Me asomo al otro sentido
al tiempo que va al revés,
me asomo a lo que te asomas
para ver lo que no ves;
me asomo a la vida nueva
para conjurar el tiempo,
me asomo a ver tus preguntas
y decir que sí otra vez.

Me asomo a cada mañana,...
Me asomo a tu luz prendida
en el filo de los años,
me asomo a los desengaños,
y no tomo precauciones,
me asomo al aire que soplas
y a todas las excepciones
me asomo al beso que besas
y a todas tus tentaciones.

Me asomo a cada mañana,...

jueves, 4 de junio de 2009

Letra: D10s

Intérprete: Hilda Lizarazu

Lloré, lloré, lo siento
me pasa cuando miro
mucha publicidad

Los ves, están tan contentos
en los afiches nuevosde algún celular
En la calle, una sonrisa vale oro
o el doble

En mi barrio
en la mañana hubo un robo
violento

Si hay un Dios
algo tiene que hacer
si, porque algún Dios
tiene que aparecer
ahora un Dios
que se ponga la diez

Grité, grité, lo siento
me pasa cuando escucho
un político hablar
los ves, están tan contentos
y esa sonrisa no la juzga
ningún tribunal

Por las calles estas vidas valen poco
o nada
En mi barrio
esa gente tiene hambre
y bronca

Editorial 04

Posta del Día.

Siempre hay que apostar a la esperanza, sobre todo transmitirle a los jóvenes que la vida es maravillosa.
La cita pertenece al Dr. Hugo Cañón.
Fue pronunciada en la entrevista emitida por Pensemos Juntos la Vida el jueves 28 de mayo.


Reflexión
(Los presidentes que hablan con Dios).

El ex presidente de los Estados Unidos de América, George W. Bush
”hablaba con Dios o,
mejor dicho, Dios hablaba con él”
comenta el escritor Juan Gelman, en un artículo publicado en el diario "Página/12" el domingo 31 de mayo.

Gelman agrega.
Bush decía:
“Me conduce una misión de Dios.
Dios me dice ‘George, ve y lucha contra esos terroristas en Afganistán’. Y lo hice.
Y luego Dios me dice ‘George, ve y termina con la tiranía en Irak’. Y lo hice”.
Gelman fundamenta esas menciones
avisando que las extrajo de diario de Londres,
"The Guardian", del 7 de octubre de 2005.

El mismo domingo 31 de mayo,
en el portal de "MERCOSUR Noticias",
el periodista e historiador Fernando Del Corro,
profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires,
amplía la información.

Dice que Bush no fue el único presidente que pensaba que Dios hablaba con él.

Trae a colación lo ocurrido en diciembre de 1898.
La firma del “Tratado de París”
En el cual se sella la guerra independentista cubana,
de más de tres años
con España,
definida a favor de Estados Unidos
mediante la intervención de las tropas del gobierno de Washington
que,
en 100 días,
se apropió de Cuba y también de Filipinas y Puerto Rico.

La delegación estadounidense actuó siguiendo “expresas instrucciones del presidente William Mac Kinley”
quien,
al ser consultado al respecto,
respondió diciendo
“que ello le había sido recomendado por el propio Dios mientras caminaban una noche por los pasillos de la gubernamental Casa Blanca”.

Esta costumbre de líderes que se asignan que les habla Dios
es también utilizada por algunas dirigencias de las iglesias.
Ellas aparecen como las depositarias de las órdenes divinas
que se traducen en doctrinas y reglamentaciones inamovibles.

Mandatos
que deben obedecer las feligresías correspondientes
y también los que no son adeptos a sus iglesias.
Hablan para todo el mundo.

Ese hábito está tan incorporado que es aceptado como un hecho indiscutible.
Los responsables de las organizaciones eclesiásticas,
generalmente varones,
son los mensajeros de Dios.

Equívoco deformante que produce el fenómeno de que se crea
que esos dirigentes
son la voz de Dios.

No importa que entre ellos existan serias contradicciones.
Si ellos lo dicen es porque Dios es así.

Martín Lutero puso en duda este asunto.

En rebeldía con la Iglesia Católica Romana de su tiempo,
afirmó que Dios habla con todos y todas
y que cada uno, cada una, tiene acceso directo a Dios,

especialmente por medio de la Biblia,
a la cual toda persona tiene el derecho de leer e interpretar.

Fue en el 1500.
Dos siglos antes que la Revolución Francesa acrecentara el valor de la autonomía del ser humano
mediante su defensa de la libertad humana.

Reforma Protestante y Revolución Francesa,
importantes hitos en el caminar hacia el respeto de la persona.

En la confusa situación actual,
con poderosos medios de comunicación que promueven el Apocalipsis,
se levantan dirigentes religiosos afirmando que hablan con Dios.

Ante la imposibilidad de comprobar si es cierto o no,
la actitud debe ser la de la duda.
La de aquel Tomás
que se resistía a creer en la Resurrección de Cristo si no lo veía y no lo tocaba.

Es hora de rescatar el principio de la Reforma Protestante.
El de la libre interpretación de la lectura de la Biblia.
El de liberarse de la encerrona de la relación de Dios solo con la dirigencia.

Lutero afirmaba que cada persona era un sacerdote ante Dios.
Lo fundamentaba en citas que aparece en una de las cartas de Pedro
en el Nuevo Testamento.
Una relación directa con Dios.
Luego
la puesta en común de cada feligrés y feligresa para ir percibiendo cual es la voluntad Divina.

Más.
Es la hora de la conversación con toda persona,
crea o no,
que se disponga a leer la Biblia y comentarla.

La Biblia no es propiedad privada de quienes creen en el Cristo Resucitado.
Es para todos y todas.
Es la hora del pueblo.
Del Laos,
como se expresa en el Nuevo Testamento
y de donde proviene laicismo

Otra.
Se puede avanzar.
Atreverse a ser medio herético
y afirmar que en estos tiempos,
luego de la deformante historia de lectura de la Biblia,
es imprescindible leerla
con los y las no creyentes
para que se abran las ventanas que introduzca la fresca brisa
y el fuerte viento
que renueve el enmohecido entendimiento eclesial.

En esto estamos
en la Iglesia Metodista de la calle Belgrano al 300 de Bahía Blanca.

(*) Artículo publicado en MERCOSUR Noticias el 1 de junio de 2009.
En Prensa Ecuménica PreNot 8175 090602, excepto la última frase que fue agregada para el programa.

Anibal Sicardi
04 de junio de 2009