FORMAS DE VER EL MUNDO.
El jueves pasado, en nuestro programa de Pensemos Juntos la Vida, acuñamos una frase sumamente interesante.
Al hablar sobre la necesidad de tomar decisiones dijimos que: “Para poder tomar una determinación personal, antes deberíamos formatear el chip del pensamiento”.
Un chip es ese pequeño elemento que, entre otros lugares, se coloca dentro del celular.
En él almacenamos memoria de nombres y números telefónicos.
Si lo cambiamos por el de otra persona, tendremos otros datos distintos.
En nuestro interior se encuentran pensamientos que se incorporaron con el tiempo. Fruto de enseñanzas y elecciones de distintas etapas de la vida.
A partir de esa información tomamos nuestras decisiones personales.
Pocas veces percibimos que ese cúmulo de datos nos da una determinada visión de la vida, es decir, una forma particular de ver el mundo.
La mayoría de la información diaria proviene de los Medios de Comunicación: Recibimos las noticias que nos suministran e ignoramos las que esconden.
No podemos evitar recibir las noticias de lo que pasa en la ciudad, en el país, en el mundo: Asaltos. Muertes. Corrupción…
El Presidente de una nación al que se le otorga el Premio Nobel de la Paz y en su discurso de recepción del galardón defiende la guerra…
El Mundo del Revés de María Elena Walsh.
También lo del Salmo número doce, angustiado porque en su sociedad se terminaron los piadosos,
Todo nos lleva a repetir aquella frase de Mafalda: “Paren al mundo, que me quiero bajar”
Intentemos cambiar el chip.
Veamos el tema de la juventud:
Los Medios de Comunicación largan datos sobre quienes roban y matan.
El contenido de las notas, incluidas las fotos, son de un determinado perfil.
Muchachos y muchachas de tez oscura, provenientes de barrios y villas marginales.
Con facilidad increíble los mayores nos apegamos al dicho: “Esta juventud está perdida”.
Ojo, esta expresión no es novedad. Ya la decía el gran Sócrates, unos 400 años AC.
Tampoco es novedad que quieran hacernos creer que la violencia y la maldad tienen determinados tipos de piel.
Hitler fue un abanderado pero no el único.
Aún hoy la discriminación racial se mantiene viva.
El club del racismo y la xenofobia tiene demasiados adeptos.
Antes, en las películas de Hollywood, “los malos” eran negros que se vestían de rojo, haciendo alusión a una determinada ideología, con ideas diametralmente opuestas al capitalismo de la industria cinematográfica.
Hoy se le agregan los hispano parlantes, los árabes, los palestinos, los africanos, los orientales, los…
Poder y medios. Cóctel letal.
Dice la canción: “Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia. La verdadera historia”. “Quien quiera oír, que oiga” decía Jesús
Cambiemos el chip. Incorporemos lo que no se nos dice.
Lo que se esconde.
Miles de chicas y chicos cursan el secundario.
Otro tanto siguen en la Universidad.
Muchos de ellos y ellas, trabajan y estudian.
Gran cantidad de jóvenes son voluntarios en organizaciones de bien público, por ejemplo Caritas o La Cruz Roja.
No hay cálculos sobre la juventud que realizan tareas en el Arte: Literatura. Plástica. Música. Danza y un sin fin de actividades culturales y artísticas.
Muchos, pero muchos jóvenes, participan en agrupaciones corales.
Ojo, que no se trata sólo de cuando hacen los recitales, sino de una coherente disciplina de ensayos,
que incluye tanto la búsqueda de la perfección en el canto personal y grupal como el mero placer de juntarse con otros a cantar y disfrutar.
Ahora, cambiado el chip, obtenemos una historia de la juventud distinta a la habitual.
Así también otros aspectos de la vida humana.
De allí el acierto de Pensemos Juntos la Vida cuando dijimos
“Para poder tomar una decisión personal, antes deberíamos formatear el chip del pensamiento”.
Si no lo hacemos, siempre elegiremos los mismos caminos,
que finalizan en los conocidos callejones sin salida.
La semana que viene celebraremos Navidad.
El recuerdo del nacimiento de Alguien de quien decimos que vino a rescatar lo perdido.
Nos atrevemos a cambiar el adjetivo, y en vez de “perdido”, decimos “olvidado”.
Es lo que hizo ese niño cuando se hizo grande.
Se encontró con un paralítico y le dijo: “vos podés caminar”.
Con alguien que tenía cerrada la visión y lo impulsó a ver.
Con otro que estaba encadenado a las cadenas impuestas por la sociedad y lo liberó para que expresase su ser en la totalidad de la vida.
Ese niño hecho mayor suele ser asociado con la figura del Juez inexorable que viene con leyes y reglamentos.
Si cambiamos el chip, lo veremos realmente como es.
Viene a desafiarnos para ser veraces con los juicios.
A que nos animemos a vivir una vida digna.
Abre nuestros graneros y, cambiando el chip,
nos muestra las semillas de cereal que tenemos en nuestro interior y nos insta a que las transformemos en harina que moldea el pan de la vida verdadera.
Es El que viene para darnos el dato de que en Él podemos encontrar la verdad, la libertad, el amor.
Dentro de una semana será imposible evitar los habituales ritos de Nochebuena y Navidad.
Será bueno participar de ellos si no olvidamos que vamos con el chip que tiende a oscurecer la realidad de lo acontecido y a regrabar información que ocultará datos muy importantes de esa historia.
El sábado 26 tomemos coraje y cambiemos el chip.
Anímense.
Les aseguramos que se sorprenderán.
Luego lo esperamos en la Iglesia Metodista de Belgrano al 300, aquí en Bahía Blanca, para conversar sobre este nuevo descubrimiento,
Y para que, como hermanos,
O como amigos…
Pensemos juntos la vida.
Pastor Aníbal Sicardi
Correcciones: Rubén Ash
Jueves 17 de diciembre de 2009.
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